La Onda Dionisiaca

Annibal Carrache, Triomphe de Bacchus et d'Ariane, 1597-1602, Rome, Palais Farnèse, Galerie Farnèse

Cuando Hermes Trismegisto, el tres veces grande, cita la frase: “Tal como es arriba es abajo y tal como es abajo es arriba”, no solamente se refiere a la formidable semejanza en el diseño del cosmos y del ser humano, sino también a la interrelación latente entre ambos. El Micro-cosmos hombre pareciera un sistema solar en miniatura con todas sus redes de energía que entrelazan los sistemas y funciones, todos ellos debidamente unidos y armonizados por el Sol del organismo, el corazón vivificante, del cual depende su existencia.

Las glándulas endocrinas, a su vez, actúan como increíbles micro-laboratorios, regulando y transformando cada sistema orgánico, pero tienen además una función muy especial, la de transformar las energías vitales producidas por la llamada “máquina humana”, permitiendo obtener del aire que respiramos, de la comida que ingerimos y de la luz del sol, los elementos indispensables para la vida, de una manera magistral.

Tal como el universo está regido por la ley del tres (ley que crea) y la ley del siete (ley que organiza y perfecciona), el cuerpo humano expresa estas leyes a través de la triple organización del sistema nervioso (cerebro-espinal, encargado de los impulsos mediadores del pensamiento, de la razón y de la conciencia; el simpático, que controla los impulsos nerviosos pasivos y el parasimpático, que permite los impulsos nerviosos activos) y la ley del siete a través de las siete glándulas endocrinas principales.

La energía proveniente del cosmos es recibida por el ser humano gracias a ambas leyes, en los cinco centros de la máquina humana: intelectual, emocional, motor, instintivo y sexual. De tal modo, que los cinco centros son controlados tanto por el agregado psicológico, como por las energías del cosmos.

El conocimiento de las radiaciones cósmicas y su influencia en la personalidad humana es cada vez más reconocida. En la doctrina gnóstica se definen dos grandes grupos de componentes que actúan tanto en la naturaleza del planeta como en la máquina humana. El primer grupo está formado por rayos de gran dureza y penetración, que oscilan entre los cinco mil millones de electro voltios, se integran de protones, neutrones y electrones, de acuerdo a la ley del tres. El segundo grupo de rayos es llamado de radiación blanda, se producen dentro de la atmósfera terrestre al impactarse la radiación dura con los átomos del aire y los corpúsculos de esta energía oscilan entre un millón y cien mil millones de electro voltios.

La radiación cósmica que producen las conjunciones planetarias, cuadraturas, o cualquier tipo de acontecimiento estelar, ocasiona gran influencia en la máquina humana, originan dentro de la psiquis subjetiva, cambios en su idiosincrasia, provoca que algunos Yoes se manifiesten. En forma inconsciente, el ser humano es movido a través de los cinco centros por las influencias cósmicas debido a los agregados psicológicos, provocando conflictos, guerras, manifestaciones y todo tipo de violencia y actos mecánicos. Los Yoes no conocen de responsabilidad, honor, confianza y mucho menos de amor. Las influencias internas y externas son utilizadas por el Ego para manifestarse, alimentarse y cumplir sus más bajos instintos.

“Ciertos Yoes dominan a otros porque son más fuertes», pero su fuerza es la fuerza de los cilindros de la máquina; todos los Yoes son el resultado de las influencias externas e internas; en el animal intelectual no existe verdadera individualidad, es una máquina.”

Cuando entramos a la era de Acuario, el 4 de febrero de 1962, se alinearon todos los planetas del sistema solar, señalando la constelación del aguador; por tanto, inició un tipo de radiación cósmica denominada “Dionisio” (por el dios del Vino entre los griegos). Antes estuvimos influenciados por la edad de Piscis con la energía denominada Mammon. Ambas energías son completamente diferentes. Sin olvidar que estas energías han sido recibidas de forma inconsciente y mecánica por los agregados psicológicos. Mammon provocaba tradicionalismo, creencias, tabúes, intelectualismo, sentido de acumulación, mientras que la onda Dionisíaca, (proveniente de Urano) en su aspecto negativamente utilizado, inició con el movimiento “hippie” y ha provocado el fortalecimiento de la drogadicción y la desinhibición sexual de todo tipo.

Urano, planeta regente de Acuario, es quien promueve la onda Dionisíaca, relacionada principalmente con las glándulas sexuales. Utilizarla en su aspecto positivo es lo primordial y solamente con conocimiento de causa es posible. Para aprovechar las energías de Acuario, es necesario practicar la meditación, ya que el Samadhi es contrario a la drogadicción. Las personas en forma inconsciente buscan escapatorias a la realidad, a la miseria e infelicidad, sin saber que la meditación, la conciencia despierta, el conocimiento objetivo, la intuición superlativa, la música trascendental de los grandes maestros clásicos…, libera la conciencia de la opresión de los agregados psicológicos.

El polo negativo de la onda Dionisiaca se manifiesta en la degeneración sexual, homosexualismo, lesbianismo, infrasexualismo, placeres instintivos, droga, alcoholismo, música infra consciente. El uso consciente y trascendental del sexo es el aspecto positivo de la onda Dionisiaca. La psicodelia incrementa la subconsciencia, es el polo opuesto de la meditación.

Dionisio, el Dios del vino, nos invita a experimentar el éxtasis, el Samadhi, para vivenciar lo que es la verdad, lo real, aquello que está más allá de la mente, a través de la MEDITACIÓN, en la copa perfecta de la concentración. Solamente con la meditación es posible el cambio radical.

Enviado por: Instructora Susana M. Rodríguez Licea. Comisión Eventos. San Luis Potosí, S.L.P.

Imagen: Annibal Carrache, Triomphe de Bacchus et d'Ariane, 1597-1602, Rome, Palais Farnèse, Galerie Farnèse

Descargar en: Word | Word Comprimido | Pdf | Solo Texto | Índice | 01 | 02 | 03 | 04 | 05 | 06 | 07 | 08 | 09
Suscribirme