Las Grandes Iniciadas

“Kundry, Herodías, Gundrigia, la mujer por antonomasia durmiendo en la tierra del Monsalvat, debe despertar de su sueño  milenario” (Samael Aun Weor).

Helena Petronila Blavatski

Es indudable que la mujer y el varón tienen los mismos derechos, no negaremos jamás que en realidad no sean iguales, que cada uno tenga sus características muy diferentes en cuanto a valores, en lo físico, en la mente, pero es una gran verdad que se complementan. Las dos columnas del templo de Salomón llamadas Jakin y Boaz son el varón y la mujer que juntos sostienen el templo. Una es blanca y la otra es negra, si, son distintas, pero a la par, ni muy lejos ni muy cercas (como para que un rayo de luz pase entre ellas) sostienen firmemente el templo.

“1- La mujer tiene los mismos derechos del hombre. 2- La mujer también llega a ser Adepto de la Fraternidad Blanca. 3- Juana de Arco es una Maestra de Misterios Mayores de la Fraternidad Blanca. 4- H.P. Blavatsky, autora de "La Doctrina Secreta", llegó al adeptado, y es una Maestra de Misterios Mayores de la Fraternidad Blanca. 5- En casi todos los templos de Misterios, encontramos muchas Damas-Adeptos, trabajando por la humanidad.” Samael Aun Weor. Rosa Ígnea

A través de todos los tiempos han surgido grandes iniciadas, mujeres que lucharon contra lo abominable de sí mismas, que combatieron contra el eterno enemigo de la noche que cargaban en si interior, que lograron vencerse a sí mismas en sus pasiones y debilidades y más tarde descollaron como grandes guías iluminado el camino de miles de seres humanos.

En todos los tiempos y culturas podemos observar las parejas divinales, Isis y Osiris entre los egipcios, Chalchiuhtlicue (la diosa de los lagos)  y  Tláloc (Dios de la lluvia) entre los aztecas, la misma palabra Elohim de las biblias más antiguas se traduce como Diosas y Dioses, lo que nos demuestra que tanto el varón como la mujer pueden alcanzar las mismas estaturas espirituales.

“La mujer es el ETERNO AMOR que fluye y palpita en todo lo que es, en todo lo que ha sido y en todo lo que será. Jamás faltó la mujer en las pirámides de Egipto; ella fue la Vestal que inicio a los grandes Maestros. Nunca faltó una mujer en el Templo de Delfos; aún nos parece verla sentada en la forma de la PITONISA, allá en el país de Grecia. Entonces pronosticaba grandes acontecimiento que se sucedían inevitablemente” (Samael Aun Weor).

En todas las edades hay mujeres ha logrado el adeptado, la maestría. Juana de Arco después de ser quemada, llamó a todos sus átomos y logró seguir con su mismo cuerpo a través de las edades. Helena Petronila Blavatski que nos legara tan grandes enseñanzas en “Doctrina Secreta”, “Isis sin velo”, “La Voz del Silencio” y otros tratados verdaderos manantiales de sabiduría indudablemente logró la iniciación, ¿quién podría negarlo?.

“Vean ustedes cómo la mujer, a través del tiempo, ha guiado el curso de los siglos. En el viejo Egipto de los Faraones, la mujer, convertida en Cleopatra, enseñaba a las multitudes. Las CLEOPATRAS de la Isla Elefantina, en el Nilo, hacían resonar su verbo ante el fuego para enseñar a las gentes. Recordemos a la mujer convertida en una Sacerdotisa de Tebas: Las antorchas ardían mientras ella platicaba a las multitudes” (Samael Aun Weor).

La mujer en estos momentos de crisis mundial y de bancarrota de todos los principios morales, estamos llamadas a retomar ese camino de las grandes realizaciones, tenemos en las manos el poder para lograrlo, pero la lucha no es contra alguien externo, esa lucha es contra sí mismas, contra lo ilusorio y pasajero que nos brinda la sociedad, contra lo corrompido de está ápoca, buscando la libertad y no el libertinaje.

Entender esto nos lleva a comprender como la Gnosis nos habla de 4 tipos de mujer, primero tenemos a la mujer Eva Venus, cuando caemos en el mundo de las drogas, del adulterio, de la degeneración sexual, de la prostitución, del asesinato, de la crueldad. Después encontramos a la mujer Venus Eva, la mujer que se contenta con tener seguridad en el dinero, en un hogar, con su profesión, con sus hijos, en ser respetada, etc. Pero hay también la mujer Venus Urania, la mujer que además de ser una excelente madre, esposa, ciudadana, no se contenta con ello, sino que busca su auto realización íntima a través de ayudar a sus semejantes desinteresadamente, muriendo en sus defectos y trasmutando su energía creadora, mujeres así son muy raras en estos días, pero ese debería ser el anhelo de toda estudiante de Gnosis, ser revolucionaria, pero contra todo lo podrido de esta época, estar en contra de lo abominable que rebaja a la mujer. Existe también la mujer Urania Venus, ella es la mujer Adepto, que ha logrado destruir sus defectos psicológicos, que ha logrado fabricar dentro de sí misma sus cuerpos existenciales superiores del Ser y ha encarnado a su Íntimo, ellas resplandecen en el espacio estrellado, ellas trabajan incansablemente por la humanidad.

Es muy fácil subestimarse, menospreciarse, en lugar de tomar nuestro verdadero papel que nos corresponde en la vida, está en cada una de nosotras ser águilas o serpientes, nadie más que uno es el culpable de su destino, podemos retomar nuestra herencia pérdida o sucumbir con el mundo. Podemos ser el águila volando por el espacio infinito o el gusano que se arrastra en el lodo de la tierra.  Estamos llamadas a revestirnos con el traje de Mujeres águila o Mujeres Tigre y combatir cuerpo a cuerpo al eterno enemigo que mora dentro de nosotras.

¡Mujer adorable!... tú eres la senda del filo de la navaja; el rocalloso camino que conduce al Nirvana... ¡Quién me diera tomar tus manos blancas para apretarme el corazón con ellas, y besarlas ardientemente escuchando muy atentamente de tu amor las dulcísimas palabras fascinantes!... ¡Quién me diera sentir sobre mi pecho reclinada tu lánguida cabeza, y escuchar tus suspiros divinales de amor y poesía...! ¡Quién me diera posar casto y suave mi cariñoso labio en tus cabellos, y que sintieras sollozar mi alma en cada beso que dejara en ellos! ¡Quién me diera robar un solo rayo maravilloso de aquella luz de tu mirar en calma, para tener después conque alumbrar la soledad del alma!... ¡Oh! Quien me diera ser tu misma sombra, el mismo ambiente dulcísimo que tu rostro baña, y, por besar tus ojos celestiales, la lágrima que tiembla en tu pestaña. Y ser un corazón todo alegría, nido de luz y de divinas flores, en que durmiese tu alma de paloma el sueño virginal de tus amores... Gundrigia, Herodías, Kundry, recuerda que tú eres el sendero secreto del Misterio... (Samael Aun Weor)

Enviado por: Ma. Guadalupe Rodríguez Licea. Comisión Cursos por Internet y Painalli

Imagen: HPB 1877

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