Teotihuacan

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Las Pirámides de Teotihuacan son una estilización del «QUINCUNCE», es decir, el basamento cuadrado y un círculo central que se eleva. El punto central, así elevado, sería el contacto entre el Cielo y la Tierra, y se le designaba «PIEDRA PRECIOSA» o «CORAZÓN». Desde el punto de vista del Trabajo Interior, las Pirámides vendrían a simbolizar al Super-Hombre, ya convertido en REY DE LOS 4 ELEMENTOS (Fuego, Aire, Agua, Tierra) y cuyo corazón se ha elevado y convertido en TLAHUITZCALPANTECUHTLI, VENUS o «ESTRELLA DE LA MAÑANA»

TEOTIHUACAN, en Idioma Náhuatl, significa «lugar donde los Hombres se convierten en Dioses» o «lugar donde habitan los Dioses». Entre los Aztecas se decía que allí los Reyes después de «MUERTOS», se convertían en Dioses. Por eso llamaron «MICCAOTLI» (Calle o Calzada de los Muertos) a la avenida principal de la ciudad.

Según el Gnosticismo Universal, «sólo con la MUERTE adviene lo nuevo», «si la semilla no muere la planta no nace». En este sentido, nosotros debemos entender que todas las tradiciones antiguas, así como el lugar que nos ocupa en este artículo, nos hablan de los «Muertos» o de ese tipo de «Muerte», refiriéndose no a la muerte física sino a la eliminación de la escoria interior o Defectos Psicológicos. Es decir, nos plantean un TRABAJO INTERIOR, un TRABAJO SOBRE NOSOTROS MISMOS. Sólo así, entendiéndolo de este modo cobra sentido la frase de los Sabios de Anahuac: «Allí los Reyes, después de «MUERTOS», se convierten en Dioses»...

Las Tribus de Anahuac (Aztecas, Toltecas, Zapotecas, etc.) y en general todas las tribus mesoamericanas, poseyeron grandes conocimientos psicológicos, astronómicos, matemáticos, etc., y jamás ignoraron que para elevarnos a la categoría de «HOMBRES» y luego a la de DIOSES o SUPER-HOMBRES, se necesitan inevitablemente de los 3 Factores de la Revolución de la Conciencia: NACER, MORIR y SACRIFICIO POR LA HUMANIDAD.

Así pues, el conjunto arquitectónico de este lugar, «donde los hombres se convierten en Dioses», (vale decir, los que han alcanzado las alturas iniciáticas de la Maestría o Perfeccionamiento interior), y el recorrido que hacía el Iniciado que llegaba a este lugar, aIegorizan el Trabajo Interior para llegar a las cumbres iniciáticas de un Quetzalcóatl, de un TIaIoc, de un Krishna, de un Jesús de Nazareth, de un Manco-Capac, de un Lao T’se o de un Buddha, todos ellos Reyes y Sacerdotes de la Naturaleza, «según la Orden de Melquisedec».

Pero el legado de Teotihuacan va mucho más allá, tiene otras implicaciones. Al decir de la Mitología Azteca, «allí se reunieron los Dioses para crear el 5º Sol». Teotihuacan, entonces, representa el inicio o la Aurora de la Creación, alegoriza un acontecimiento Cósmico-Solar, natural y humano a la vez. En otros términos nos enseña que con las mismas Fuerzas, Energías, Leyes, y Poderes, etc., que utilizó el Demiurgo Arquitecto al crear este vasto Universo, debemos nosotros trabajar particularmente, creando también nuestro UNIVERSO INTERIOR.

Al Quinto Sol, llamado NAHUI-OLLIN (4 MOVIMIENTO). Le precedieron el 1er Sol, NAHUI-OCELOTL (4 TIGRE), NAUHI-EHECATL (4 VIENTO), NAHUI-QUIYAHUITL (4 LLUVIA), Y NAHUI-ATL (4 AGUA). Esta cuestión de los «SOLES» tiene un doble aspecto: Por un lado se refiere a las razas que nos precedieron (POLAR, HIPERBÓREA, LEMUR y ATLANTE), y por el otro nos indica el proceso por medio del cual debemos convertirnos en Dioses Solares, creando, como ya se dijo, el particular Universo Interior.

Ahora bien, los antropólogos de la Ciencia oficial establecen que el desarrollo de las diversas etapas de construcción por las que pasó Teotihuacan, están enclavadas entre los años 750 y 150 antes de Cristo. Nosotros diremos, que esas fechas no se ajustan a la realidad, primero porque no se llega a un desarrollo tan gigantesco en tan corto tiempo, y también por que hay datos y tradiciones antiquísimas que relatan que cuando los Aztecas llegaron a Teotihuacan, ésta ya existía. Fue fundada por los Toltecas y estos tuvieron su raíz en el ya sumergido Continente Atlante.

Desde esas misteriosas tierras atlantes, según nos informa el V.M. Samael Aun Weor, venían peregrinaciones hasta Teotihuacan desde el Continente Africano, por ejemplo, lo que demuestra también que fue el asiento de una de las más grandes y avanzadas culturas que han conocido los siglos.

Obsérvese, que se han encontrado gigantes cabezas con rasgos negroides en los diversos asentamientos de la Cultura Olmeca, considerada la cultura madre. Y si los esclavos negros traídos a México, llegaron hasta después de 1571, ¿cómo conocían los Olmecas la existencia de la Raza Negra? A no ser que hagamos caso a las palabras de Ignacio Magaloni Duarte, en su obra «Educadores del Mundo, Mayas, Toltecas, Nahuas, Quichés, Quechuas, Incas», donde señala que Valmiki, el historiador Hindú, (siglo IV a. de C.), en el volumen 1 del Ramayana dice: «Los Mayas, partiendo de su tierra de nacimiento en el Este como Misioneros de Religión y Conocimiento, fueron primero a Burma y allí instruyeron a los Nagas; de Burma fueron al Deccan en la India, de donde llevaron su Religión y conocimientos a Babilonia y Egipto». «Los Mayas eran grandes navegantes, cuyos barcos viajaban de los Océanos del Oeste a los del Este y de los mares del Sur a los del Norte en edades remotísimas.» ¿Cómo supo Valmiki, en siglo IV antes de Cristo que existían los Mayas?

Volviendo a nuestro tema, aunque resulta trascendental y profunda la narración de «Los 5 Soles y la creación del 5º Sol en Teotihuacan, no nos es posible analizarla en el presente escrito, pero sí diremos, que allí en la «PIEDRA ARDIENTE» o «ROCA DIVINA», durante 4 días hizo penitencia el Dios NANAHUATZIN (El Buboso, el Enfermo) antes de inmolarse y purificarse en el la HOGUERA DIVINA, para dar vida al 5º SOL.

Teotihuacan

La concordancia cristalina de este acontecimiento, con la de la transformación del plomo en oro de los alquimistas medievales, o con el Drama Crístico, resultan tan profundas que no nos queda más que recordar al querido lector que: «SIN MUERTE NO HAY RESURRECCIÓN».

Las Pirámides de Teotihuacan son más antiguas que las de Egipto. Esto nos da una idea de su longevidad y de la importancia histórica y cultural de toda esa región.

Todo ese conjunto arquitectónico que venimos reseñando, se encuentra ubicado a unos 50 kilómetros de la ciudad de México, Distrito Federal. Su extensión completa se estima en unos 58 kilómetros cuadrados; su avenida principal en unos 2 kilómetros de largo. En otro tiempo se le conocía con el nombre de «TOLLAN» o TULA (GRAN CIUDAD O METROPOLI) siendo Quetzalcóatl su Rey.

Ya dijimos que Teotihuacán representa un evento Cósmico-Solar, natural y humano a la vez. Incuestionablemente esa Gran Ciudad o Metrópoli simboliza a la JERUSALEM CELESTIAL, la CIUDAD INTERIOR o PAÍS PSICOLÓGICO del Hombre-Dios o Super-Hombre, y a la TIERRA DEL FUTURO, donde habitará la 6a. RAZA, la RAZA KORADI, y en su 3er. aspecto representa también a los UNIVERSOS PARALELOS o DIMENSIONES SUPERIORES DE LA NATURALEZA.

Se discute mucho sobre si esta ciudad (Teotihuacan) es obra de un sólo ser o colectiva, ya que se afirma que fue edificada por Quetzalcóatl y por otro lado también se dice que tan sólo fue dedicada a él.

En realidad, Quetzalcóatl, en su aspecto íntimo es la ENERGÍA UNIVERSAL Y CÓSMICA DEL CRISTO, el CRISTO INTIMO DE CADA UNO DE NOSOTROS, el GRAN ARQUITECTO INTERIOR, que justifica y da forma a la Ciudad Interior y que eleva, (con su descenso) al hombre «Cristificándolo», «Humanizándose» él a la vez.

Laurette Sejourné, eminente arqueóloga francesa, nos dice a este respecto: «Sólo la inmensidad del Espíritu, de la Chispa Divina que liga y armoniza, pudo engendrar la potencia activa que presidió la fundación de la ciudad, construida para gloria de esa SERPIENTE EMPLUMADA que es el Hombre Consciente», y nosotros agregamos, para gloria de nuestro Quetzalcóatl Intimo, quien es el que nos da esa inmensidad de espíritu.

Es por eso que toda su estructuración arquitectónica esta dada en base a este Trabajo íntimo de Cristificación, o bien podríamos decir, de «EMPLUMAR LA SERPIENTE, o lo que es lo mismo de «ser tragados por la Serpiente y luego por el Aguila», tal y como se dice en el argot esotérico, y que se entiende por la fusión o integración de nuestra propia Conciencia con nuestro Padre-Madre Interior.

En este sentido, la arqueóloga Sejourné nos dice: «Lejos de implicar groseras creencias politeístas, el término «TEOTIHUACAN» evoca el concepto de la Divinidad Humana, y señala también que «la Ciudad de los Dioses no era otra cosa sino el sitio donde la serpiente aprendía milagrosamente a volar; es decir, donde el individuo alcanzaba la categoría de SER CELESTE por la ELEVACIÓN INTERIOR».

Teniendo como base esta finalidad se construyó la ciudad, dividiéndola en 2 secciones: La CELESTIAL y la TERRENAL, ambas ligadas por una avenida central que marca su eje. Esta avenida central (La Calzada de los Muertos o Miccaotli), está orientada de Sur a Norte y tiene una desviación de 17 grados con respecto a este último, y además una declinación de 30 mtrs., desde su parte más alta (Norte), hasta su más baja (Sur), mostrando una vez más las 2 regiones: La alta y la baja, la Celeste y la Terrena, semejándose así, a un alto y bajo Egipto o sea las ciudades de PEP y de DEP.

Recientemente se descubrió otra avenida que hace cruz con la principal, con una orientación de Oriente a Poniente y que forma ángulos de 91 y 91.5 grados. Teniendo en cuenta el conocimiento que sobre la Mecánica Celeste y sobre las Leyes que rigen el ritmo, la armonía y el equilibrio del Universo, entendemos que estas medidas no son obras de la casualidad, sino que deliberadamente son realizadas para plasmar el Conocimiento. La medida de estos ángulos se corresponde con los períodos de tiempo que hay entre los Solsticios y Equinoccios, períodos que además de ser la señalización del comienzo de las estaciones y del movimiento aparente del sol, sirven también para señalar los procesos iniciáticos, la vida, pasión, muerte y resurrección del LOGOS SOLAR en el corazón del Hombre.

Texto por: Cesar Owen

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